Letra del Himno Nacional del Ecuador
Salve, Oh Patria
(Letra de Juan León Mera y música de Antonio Neumane)¡Salve, oh Patria, mil veces! ¡Oh Patria,
¡Gloria a ti! ¡Gloria a ti!
Ya tu pecho, tu pecho rebosa
gozo y paz, y tu frente radiosa
y tu frente, tu frente radiosa
más que el sol contemplamos lucir.
y tu frente, tu frente radiosa
más que el sol contemplamos lucir.
Los primeros los hijos del suelo
que, soberbio, el Pichincha decora
te aclamaron por siempre señora
y vertieron su sangre por ti.
Dios miró y aceptó el holocausto,
y esa sangre fue germen fecundo
de otros héroes que, atónito el mundo,
vio en tu torno a millares surgir,
a millares surgir.
a millares surgir.
¡Salve, oh Patria, mil veces! ¡Oh Patria,
¡Gloria a ti! ¡Gloria a ti!
Ya tu pecho, tu pecho rebosa
gozo y paz, y tu frente radiosa
y tu frente, tu frente radiosa
más que el sol contemplamos lucir.
y tu frente, tu frente radiosa
más que el sol contemplamos lucir.
Himno Nacional del Ecuador acordes
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Letra completa del Himno Nacional del Ecuador
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Salve oh Patria, ¡mil veces! Oh Patria!
gloria a ti! Y a tu pecho rebosa
gozo y paz, y tu frente radiosa
más que el sol contemplamos lucir.
Indignados tus hijos del yugo
que te impuso la ibérica audacia,
de la injusta y horrenda desgracia
que pesaba fatal sobre ti,
santa voz a los cielos alzaron,
voz de noble y sin par juramento,
de vengarte del monstruo sangriento,
de romper ese yugo servil.
Los primeros los hijos del suelo
que, soberbio; el Pichincha decora
te aclamaron por siempre señora
y vertieron su sangre por ti.
Dios miró y aceptó el holocausto,
y esa sangre fue germen fecundo
de otros héroes que, atónito, el mundo
vio en tu torno a millares surgir.
De estos héroes al brazo de hierro
nada tuvo invencible la tierra,
y del valle a la altísima sierra
se escuchaba el fragor de la lid;
tras la lid la victoria volaba,
libertad tras el triunfo venía,
y al león destrozado se oía
de impotencia y despecho rugir.
Cedió al fin la fiereza española,
y hoy, oh Patria, tu libre existencia
es la noble y magnifica herencia
que nos dio, el heroísmo feliz;
de las manos paternas la hubimos,
nadie intente arrancárnosla ahora,
ni nuestra ira excitar vengadora
quiera, necio o audaz, contra sí.
Nadie, oh Patria, lo intente. Las sombras
de tus héroes gloriosos nos miran,
y el valor y el orgullo que inspiran
son augurios de triunfos por ti.
Venga el hierro y el plomo fulmíneo,
que a la idea de guerra, y venganza
se despierta la heroica pujanza
que hizo al fiero español sucumbir.
Y si nuevas cadenas prepara
la injusticia de bárbara suerte,
gran Pichincha! prevén tú la muerte
de la patria y sus hijos al fin;
hunde al punto en tus hondas entrañas
cuando existe en tu tierra: el tirano
huelle sólo cenizas y en vano
busque rastro de ser junto a ti.
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